Parece claro que Satya Nadella, el nuevo presidente de Microsoft quiere dejar claro que las cosas van a ser distintas en la compañía de Redmond bajo su mando. Tras la dura reestructuración hecha pública hace algunas semanas, el anuncio de su nueva estrategia o la reciente salida de Steve Ballmer de la junta directiva, ahora el siguiente obstáculo que quiere rebasar Microsoft es el poco exitoso Windows 8, para dar entrada a una nueva versión, Windows 9. Esta nueva versión, de nombre clave “Threshold”, podría llegar en forma de beta pública el 30 de septiembre,corregirá los cambios que menos han gustado desde Windows 7, introducirá muchas novedades de interfaz y posiblemente una versión de su asistente de voz Cortana que ya funciona en versión beta en Windows Phone.
Si hay algo que está haciendo bien la nueva Microsoft es que está consiguiendo ser protagonista en los medios mucho más a menudo, bien por noticias internas, como por todo lo relacionado con las novedades en su hardware o por la rápida evolución de su sistema móvil Windows Phone y el correspondiente de escritorio. Tras las filtraciones del rediseño de interfaz con la reincorporación del menú de inicio, la posibilidad de usar la interfaz metro como una ventana flotante, la retirada del menú lateral “charms” o los escritorios virtuales, la última noticia llega a través de The Verge, que asegura que Microsoft planea un evento de presentación del Windows 9 para nada menos que el 30 de septiembre. Pocos días tras esa fecha se haría publica la primera versión para desarrolladores.
Además, según apuntan otras fuentes, a finales de año se haría pública una versión previa que podría descargarse y utilizarse a modo de prueba por cualquier usuario que lo desee, con el único requisito de tener descargadas las actualizaciones automáticas cada mes. Se trata de la misma fórmula que Microsoft llevó a cabo con Windows 8, del que se hizo pública también una versión beta pública, aunque fue muy posterior a la beta para desarrolladores. En cualquier caso, lo que parece es que Microsoft quiere pisar el acelerador al máximo para tener una nueva versión “post Ballmer” de su sistema operativo y hacer “borrón y cuenta nueva” con los usuarios.