El futuro no pinta bien para la conocida marca ZTE, que seguramente se enfrenta a uno de los momentos más complejos de su historia. Por si aun no conoces lo ocurrido, el gobierno de los EEUU pudo corroborar que dispositivos de la marca con componentes de fabricación americana fueron vendidos de forma irregular en Irán. En la actualidad y tras las tensiones por los problemas derivados del programa nuclear de este país, EEUU prohíbe la entrada de cualquier material, software o componente fabricado en suelo americano. Para proteger el cumplimiento de esta ley vigente los Estados Unidos, se creó un departamento de seguimiento dentro del propio departamento de comercio.
Los varios cruces de solicitudes y respuestas por parte de ZTE terminaron un una fuerte multa económica de casi 1.200 millones de € y la solicitud de despido de los responsables de aquella venta no permitida. ZTE cumplió esta solicitud a medias, lo que ha derivado en una sanción que puede acabar con la existencia de la compañía. Ninguna empresa americana podrá vender o proveer de componentes a la empresa China hasta el año 2025. Esto supone el impedimento tácito de comerciar con la empresa, lo que le haría perder toda posibilidad de usar cualquier producto americano, entre ellos el sistema operativo Android. ¿Quien vende hoy un smartphone que no sea Android? Nadie.
ZTE ha solicitado la cancelación de la prohibición aportando nueva información
Tras el revuelo montado por esta prohibición que se conoce como «Orden de denegación», ZTE ha realizado movimientos para intentar aplazar o cancelar el efecto que esta pueda tener. A pesar de no existir posibilidad de apelación, la empresa china ha realizado un escrito al departamento de comercio del gobierno de los EEUU el cual ha sido aceptado, también se preparan acciones legales contra la orden. Muchos apuntan a este tipo de maniobras como medidas de presión indirectas que el gobierno de Estados Unidos realiza con motivo de la batalla comercial con China, que vive un momento especialmente tenso con los nuevos aranceles creados por los EEUU para reactivar su producto bruto interior con menos presencia de productos del país asiático.
Recientemente ambos países han cruzado un nuevo impuesto a segmentos concretos que agregan un aumento del 25% en el coste de un amplio grupo estratégico de productos y componentes. Parece que ZTE podría ser un arma arrojadiza en esta batalla comercial y Estados Unidos podría estar preparando otro duro golpe, ya que actualmente estudia con detenimiento a Huawei por el mismo tipo de ventas, lo que podría desembocar en una sanción similar.