Apple ha presentado este lunes su nuevo portátil MacBook de 12 pulgadas con pantalla retina que ha dejado atónita a media industria y a millones de usuarios, pero no sólo por sus prestaciones como su trackpad sensible a la presión o su autonomía de batería, sino por ser el primer equipo de Apple que incluye un único puerto USB de tipo C. Y es que, el minimalismo de Apple ha llegado a tal extremo que en pro de esta máxima portabilidad los usuarios pueden verse en un compromiso a la hora de, por ejemplo conectar un periférico a la vez que cargan el equipo. Sin embargo, este puerto USB C y el MacBook de Apple tienen algunas ventajas interesantes que vale la pena conocer (más allá de que ya no hay posibilidad de equivocarse sobre dónde se debe conectar algo al equipo).
En cuanto al hecho de que sólo haya un puerto cableado, la filosofía de Apple es que hoy en día casi todo es inalámbrico: tu conexión a Internet es habitualmente mediante Wi-Fi, los ratones son ya casi siempre sin cables (y además Apple busca que uses su nuevo trackpad “Force Touch”) y cada vez usamos más conexiones inalámbricas para ver películas del ordenador o la tableta en el televisor (mediante Air Play en el caso de Apple o con estándares como Miracast o Wi-Fi Display).
Sin embargo, a poco que tengas una profesión o aficiones en las que tengas que conectar pantallas, conectarte a una red cableada por Ethernet, leer tarjetas SD o Compact Flash de una cámara o conectar periféricos más especializados, si quieres usar uno de los nuevos ultraligeros de Apple ya puedes ir haciéndote con una buena colección de adaptadores y un hub. Aunque parece evidente que si esta es tu situación quizá deberías valorar otras máquinas de Apple como los MacBook Pro… o incluso de otros fabricantes, claro.