Si una evolución generalizada estamos viendo en los teléfonos de 2018 ese es el notch. Un elemento que a muchos parece feo, que no termina de cuadrar en el diseño de un teléfono bonito, pero que por necesidad funcional tiene que estar donde está de forma casi inevitable, siendo el paso intermedio hacia un futuro donde desaparecerá. Pocas son las marcas que hoy día se han atrevido a decir no a este añadido, que en los últimos meses ha recibido multitud de nombres: Muesca, ceja, sombra, pegote,… Cualquier adjetivo vale para referirse a un elemento que solo Samsung ha evitado en su gama alta.
Lo curioso de este añadido, es que parece ser, que antes de su lanzamiento oficial por parte de Apple, eran varias las marcas que ya tenían patentes sobre este componente superior de la pantalla, con el fin de albergar sensores y cámara frontal.
El CEO de LG asegura que el notch ya estaba en desarrollo antes de la llegada del iPhone X
En la presentación del nuevo buque insignia de la marca, primer teléfono con esta implantación, el CEO de LG aseguró que el notch estaba sobre la mesa mucho antes de la aparición del nuevo iPhone X, que fue el primero en aventurarse con esta tecnología. En su concepto, LG no había pensado en la posibilidad de utilizar parte los bordes sobrantes como pantalla a color, si no como lo que han denominado «Second Display» una franja negra en la que recoger información relevante del teléfono. En su salida, el G7 ThinQ ha llegado con ambas posibilidades, permitiendo que el usuario elimine a placer la figura o contorno del notch creando mediante una opción en ajustes, una franja negra horizontal que disimula su forma y que nos muestra hora y fecha.
En el futuro, teléfonos como el Apex de Vivo nos van mostrando el camino hacia un modelo sin notch donde la cámara frontal y sensores buscan otros espacios donde esconderse. Esto permitirán contar con ratios frontales de pantalla cercanos al 100%.