Tras meses de culebrón, la historia de la compra de Qualcomm por parte de Broadcom parece haber tenido un precipitado final. Hace tan solo unas horas, el propio presidente Donald Trump ha emitido una orden presidencial que impide la compra. Esto supone un revés a la operación que se encontraba en una interesante fase de negociación.
El presidente Trump cierra la puerta a una posible compra
El extenso culebrón protagonizado por Broadcom y Qualcomm viene de lejos. La primera con sede en Singapore y la segunda, con sede en Estados Unidos, llevan meses en una situación de amor-odio que parecía interminable. En las últimas semanas y contra todo pronostico, el director de Qualcomm en el MWC establecía una cifra sobre la mesa para cerrar la operación, 160.000 millones de dolares. De haberse llevado a cabo, esta hubiese sido la operación de compra más alta realizada en la historia, y el culebrón no acababa ahí, ya que Intel había expresado su posible interés por hacerse a su vez con Broadcom tras el cierre de la operación. La cifra, nunca se sabrá.
En las últimas horas y como ya ha hecho en los últimos meses hasta en 7 ocasiones, el presidente Trump, ha bloqueado esta adquisición mediante una orden presidencial, la cual elimina toda posibilidad de compra. Esta orden se lleva a cabo haciendo referencia a un peligro para la seguridad nacional, pudiendo poner en riesgo un sector estratégico para los Estados Unidos. Casualmente Trump bloquea de forma recurrente cualquier intento de compra de empresas asiáticas a empresas estadounidenses. Esta estrategia se enmarca en el ya conocido «Make America great again». Donde no se permite que extranjeros se hagan con el control de potencias estratégicas del país.
Broadcom no se da por vencida y seguirá intentándolo
Tras la orden presidencial, Broadcom ha asegurado que aun hay posibilidades de realizar la compra. Esta posibilidad podría estar dentro de la estrategia puesta en marcha por la compañía singapureña que hace solo unos días solicitó su registro como empresa estadounidense. Con esta formula, podría haberse cerrado una puerta para abrir otra más golosa e interesante en los intereses de la Casa Blanca. Pronto sabremos si quedan más capítulos de esta historia que se presume compleja e inacabada.