A pesar de todos los esfuerzos por hacer que los usuarios de Windows XP se actualicen a versiones más actuales del sistema operativo de Microsofty del largamente anunciado fin de soporte para el sistema que tuvo lugar el pasado mes de abril, parece que los usuarios de esta antigua versión no tienen mucha prisa por abandonarla. Y es que, según los datos de Net Applications, que estudia el uso de distintos sistemas operativos y navegadores, la cuota de Windows XP en el mes de agosto era todavía de un 23,89 por cien, sólo un uno por cien inferior a la que tenía en julio, y sólo un cinco por cien inferior al 29,53 por cien que tenía en marzo cuando se hizo efectivo el fin del soporte para esta versión del sistema.
Así, si se mantiene este ritmo de descenso de Windows XP, harán falta dos años para que el sistema desaparezca. Por otro lado, la cuota de Windows 7, que se esperaba fuese un sistema de transición para muchos usuarios que querían dejar XP pero todavía no podían o querían actualizarse a las últimas versiones, se ha mantenido plana durante el verano. El mantener las versiones antiguas como Windows XP que ya no tiene soporte para actualizaciones y parches de seguridad puede suponer muy diversos riesgos para los usuarios. Por ello, como era de esperar, sólo un 10 de los usuarios corporativos se arriesgan a seguir usando Windows XP, lo que significa que una gran parte de los que siguen usando el antiguo sistema son usuarios particulares o domésticos. Otro de los factores que ha tenido que ver con el lento descenso de Windows XP es la débil demanda de PC en los últimos meses.
