Una de las premisas que todos conocemos, es que en la actualidad, deben ser mínimos los programas a los que permitimos realizar el arranque con el inicio de nuestro ordenador. Todo el excedente no necesario supondrán un arranque más lento y cuyo funcionamiento se verá claramente perjudicado. Muchos son los programas que intentan de forma automática en sus instalaciones habilitar esta opción, lo que supone un problema que debemos ir comprobando de forma periódica en pro de un buen funcionamiento. Para conseguirlo, en este tutorial te vamos a contar formulas eficientes para quitar los programas de inicio que se suman al sistema operativo Windows, haciéndolo más lento y menos funcional.
Las formas varían dependiendo del sistema operativo instalado en el ordenador
Con el paso de los años, Windows ha ido evolucionando y mejorando muchas características. En su mayoría, estas han ido destinadas a mejorar el funcionamiento y el control que los usuarios tienen sobre el sistema y es por este motivo, que encontramos diferentes formas de quitar estos programas de inicio según estés en una versión superior o inferior a Windows 8. Desde esta versión en adelante existe un modelo más rápido y sencillo que más adelante explicaremos, pero vamos a detenernos en el que concierne a Windows XP, Vista y 7. Todos ellos necesitan de un proceso rápido, pero algo más tedioso.
El acceso se realiza desde la pestaña de inicio situada en la parte inferior izquierda de la pantalla. Donde en el apartado de ejecutar debemos escribir la palabra «msconfig». Se nos abrirá un menú desplegable en el que podremos leer «Inicio de Windows». Dentro de ella podremos encontrar la lista con todos los programas autorizados a arrancar con el ordenador de forma simultanea, eliminando todos aquellos que no deseemos.
La mejor formula para quitar programas en el inicio de Windows 10
En Windows 10 el proceso se simplifica y quitar los programas de inicio se vuelve una tarea mucho más sencilla. El sistema operativo anexionó esta opción al ya famoso administrador de tareas incluyéndolo como una pestaña más dentro de él. Para abrirlo, recurriremos al ya habitual CTrl+Alt+Suprimir. Una vez abierto, buscaremos la pestaña «inicio» y en ella veremos un listado de aplicaciones, en ellas, podremos habilitar y deshabilitar a antojo, pero recuerda que es importante mantener algunas activas, si no sabes cuales, ¡Sigue leyendo!
La importancia de conocer que podemos deshabilitar y que no
Cuando queremos mejorar el rendimiento de inicio, debemos saber que hay algunas herramientas y programas que debemos mantener para garantizar el buen funcionamiento del sistema operativo y las funciones de seguridad que se asocian a este.
Procesos que no deben ser deshabilitados
Entre ellos encontramos en primer lugar, todo lo referente a los procesos internos del propio sistema operativo Windows. Al quitar los programas de inicio debemos tener en cuenta que algunos son necesarios para que todo funcione correctamente y eliminar su arranque automático podría traer problemas. Para evitar sustos, no elimines ninguno de estos procesos. Tampoco aquellos que tengan o guarden relación directa con las protecciones en materia de seguridad. El antivirus, el antimalware, o programas similares que evitan desde el arranque que cualquier archivo nocivo o dañino se propague por nuestro ordenador. Por último programas relacionados con el software o los componentes del ordenador. Buen ejemplo de este último punto son los programas de control para tarjetas gráficas y sonido.
Procesos que si pueden ser deshabilitados
Podremos quitar todos aquellos programas de los cuales tengamos pleno conocimiento. Si sabemos a que está destinado y como puede afectar al funcionamiento de nuestro equipo podrá ser eliminado con tranquilidad. Muchos son los programas que podemos sumar a esta lista y que tienen la mala costumbre de habilitar su arranque automático: Adobe, Spotify, Skype y otros similares que es mejor activar solo cuando deseemos usarlos.
Una vez realizado los cambios, notaremos una mejora en el rendimiento general y en la velocidad con la que se inicia nuestro ordenador. Esto se debe a que el PC puede concentrar su memoria RAM y su gestión de la CPU en un menor numero de procesos, aumentando claramente la eficiencia de los mismos.